26 enero 2010

Internet llega al espacio

A menudo utilizamos la expresión “universal” para hablar de algo extendido a nivel global por todo nuestro planeta, algo que en sentido estricto estaría mejor definido como “mundial”. Pero en el caso de Internet, cada vez estamos más cerca de convertirlo de verdad en una red de comunicación “universal”, en el sentido de cubrir todo el Universo. Vale, sí, me estoy pasando, para eso seguramente faltan eones, si es que llega algún día, y para entonces seguro que ya nadie se acuerda de lo que era Internet. Pero al menos el primer pasito en ese sentido ya lo hemos dado: si inicialmente la red global dejó la tierra firme para subirse a barcos y aviones gracias a enlaces vía satélite, ahora ha dado un salto más grande y ha llegado hasta el espacio: desde esta semana, Internet ya está disponible a bordo de la Estación Espacial Internacional.

Hasta ahora, los astronautas a bordo del complejo tenían varias formas de comunicarse con tierra, y de hecho puede decirse que ya contaban con algunas de las aplicaciones que nos permite Internet: aparte de las conocidas conexiones por radio, hace años que los astronautas disponen de e-mail y de cierta capacidad para realizar llamadas telefónicas y videoconferencias a través de una conexión ligada a Internet. Pero hasta ahora les faltaba lo que más identificamos siempre con la red: la posibilidad de navegar por diferentes páginas y pasarse las horas muertas con las cosas más variopintas.

Pues bien, ahora ya también esa parte de la red global ha llegado a la estación espacial. A partir de ahora cuando vayan a recibir en la estación a un astronauta malayo (por decir algo) los tripulantes del complejo podrán usar la Wikipedia para aprender algo más sobre aquel remoto país, y así halagar a su invitado hablándole con conocimiento sobre su tierra. También podrán mantenerse más al día de las noticias de la Tierra leyendo la prensa online, o podrán seguir sus blogs favoritos mientras cumplen su misión; o publicar los suyos propios, que aunque en ocasiones ya lo hacían, tenía que ser a fuerza de enviar las entradas vía e-mail a la Tierra para que luego alguien allí las publicara.

Y sí, ya sé lo que estáis pensando, pillines… ¿se sentirá tentado en algún momento más de un solitario astronauta a navegar por las páginas de Playboy o similares durante su larga estancia lejos del hogar? ¿Se bajarán de la red la última película de Hollywood pirateada, ahora que no pueden ir a verla al cine ni poner la televisión por cable? Pues según informa la agencia espacial norteamericana, parece que no va a poder ser. Según declaraciones oficiales, el uso de Internet en el espacio estará sujeto a las mismas directrices de uso que tienen el resto de empleados gubernamentales en la Tierra. Lo que no aclara es si estas limitaciones son físicas (mediante filtros como Websense, que bloquean el acceso a páginas consideradas fuera del ámbito laboral) o se trata simplemente de una política de uso que confía en la ética del empleado. Me inclino a creer que será más bien lo segundo, me parecería un poco infantil que a personas con responsabilidades tan altas en su trabajo como son los astronautas, se les trate luego como a niños poniéndoles barreras físicas en el uso de la red. Pero bueno, cosas más raras se ven por ahí, cualquiera sabe…

18 enero 2010

De blogs abandonados, entrevistas y guerra de las galaxias

Sí, ya lo sé: tengo el blog abandonado. Mea culpa. Las causas son variadas, y es difícil concretar en una. Podría decir que últimamente el panorama astronáutico está algo flojo y me cuesta encontrar noticias sobre astronáutica que me parezcan suficientemente atractivas como para comentarlas en el blog, y sería cierto; pero también es verdad que en otras ocasiones en que ha ocurrido algo parecido, he aprovechado para hablar sobre historia o tecnología, sobre temas más intemporales. La verdad es que a esta falta de noticias “jugosas” se le ha unido una temporada de saturación por mi parte: mucho trabajo dentro y fuera del trabajo, muchas tareas a las que atender en mi ya escaso tiempo libre, etc. Y a todo ello se le han unido últimamente otros intereses, otras aficiones, que han recortado aún más el poco tiempo que podría haberle dedicado al blog. Pero bueno, pese a todo, que conste que mi intención es no dejarlo agonizar por completo. Aunque sea a un ritmo algo más bajo que el habitual (que nunca ha sido demasiado elevado), pretendo seguir escribiendo sobre astronáutica en este blog. No penséis que os vais a librar de mí tan fácilmente…

Bueno, y ahora al grano. Aparte de las explicaciones y disculpas implícitas en el párrafo anterior, vengo a dejaros un par de apuntes rápidos que eviten la agonía total de este blog, aunque en el fondo no pasen de ser un par de enlaces:

1. Lo primero es comentaros que aquellos masoquistas entre vosotros que queráis escucharme hablando sobre temas varios relacionados con el espacio, podéis hacerlo con una entrevista que me han hecho los chicos de “Remove before flight” para su podcast. Si sólo os interesa la entrevista (angelitos…) podéis sufrirla a partir del minuto 5:53 aquí. Pero aviso que este podcast recién nacido (dos episodios hasta ahora) puede resultaros de interés seguirlo a los que seáis aficionados a la aviación y/o el vuelo virtual, terrenos ambos en los que estos muchachos son unos verdaderos expertos (aunque ellos prefieren calificarse como “aerotrastornados”).

2. Lo segundo es recomendaros el mejor reportaje que he leído en muchos meses sobre temas de astronáutica: el que Dwayne Day y Robert Kennedy III han escrito para la revista Air&Space del Smithsonian sobre el proyecto ruso que debía dar respuesta a la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) de Ronald Reagan, más conocida como “Guerra de las Galaxias”: el proyecto Polyus. Un magnífico reportaje sobre un proyecto de alto secreto que aún guarda muchos interrogantes y al que más de uno atribuye buena parte de la responsabilidad en la crisis económica que ayudó a la caída de la Unión Soviética. Muy recomendable leerlo, si os manejáis en inglés.

Y nada más por el momento. Sólo decir que sigo ahí y que, pese al abandono del blog, me sigue gustando esto de los cacharros que viajan por el espacio y escribir sobre ello, así que seguiré dando la murga en cuanto vuelva a tener tiempo para ello… o en cuanto suceda algo que me llame especialmente la atención. ¡Saludos!