30 abril 2009

Orión: ¿Apollo con esteroides… o con hamburguesas?

El propio ex-administrador de la NASA Mike Griffin ya definió en sus orígenes la nave Orión como una “Apollo con esteroides”. Era básicamente el mismo diseño, el mismo concepto, pero más moderna, más grande, capaz de aterrizar tanto sobre tierra como sobre el mar, y con más capacidad: hasta seis personas, frente a las tres de la nave Apollo.

Con el tiempo las cosas fueron cambiando. Durante el desarrollo del programa Constellation, los problemas se multiplicaban, tanto con el lanzador Ares I como con la nave Orión. La nave no paraba de engordar, cada iteración de diseño suponía mayor peso, y el lanzador que inicialmente iba a ser un simple derivado de un acelerador lateral del Shuttle, cada vez tenía mayores requisitos debido, entre otros, a este sobrepeso de su pasajero.

La primera decisión, ya anunciada aquí, fue eliminar la posibilidad de que la Orión aterrizase en tierra firme. Una difícil decisión que supondrá un encarecimiento de las misiones (la recuperación sobre el mar requiere muchos más medios y recursos que una recuperación sobre tierra firme) y una mayor dificultad de reutilización (el medio marino es muy corrosivo, y obligará a más revisiones y mantenimiento… con más encarecimiento). Como ya dije en su día, esta decisión demostraba la gravedad del problema, pues en ingeniería uno no decide saltarse la especificación de diseño así como así; si hay que renunciar a una de las premisas del proyecto, es porque algo serio sucede, y las consecuencias nunca son agradables (pérdida de prestaciones, etc).

Pues bien, la cosa sigue. Ahora le toca a la tripulación: si la Orión iba a ser una nave con capacidad para 6 astronautas, ahora el requisito se ha recortado a 4. Hummm… la Apollo también caía sobre el mar, y su capacidad era para 3… Lo siento, Mike, pero me parece que a la Orión en vez de esteroides le han dado hamburguesas; más bien lo que vamos a tener es una Apollo rechoncha, simplemente.


La noticia la ha hecho pública recientemente un portavoz de la NASA, Grey Hautaluoma. Según la versión oficial, de esta forma se simplificará el proyecto ahorrando coste y plazos, teóricamente. Se basa en que la Orión iba a tener capacidad para 6 astronautas, pero en las misiones a la ISS sólo irían 4; la capacidad máxima se utilizaría sólo en futuras misiones lunares. Como por ahora lo urgente es ir a la ISS, nos quedamos con los 4 por ahora, y luego ya veremos, ha venido a decir, más o menos. Falso: se me cruzaron los cables al escribir lo anterior (lo que está en cursiva). En realidad la Orión iba a ser una nave con capacidad para 6 tripulantes, utilizándose dicha capacidad máxima para misiones a la ISS, y una capacidad reducida para 4 astronautas en misiones más allá de la órbita terrestre. Es decir, lo contrario de lo que decía aquí (confusión tonta, cosas de la memoria). Por tanto, algunos razonamientos que leeréis más abajo no tienen mucho sentido, aunque el mensaje de fondo no cambia. Publicaré un nuevo post a continuación de éste con la rectificación completa.

Ésa es la versión oficial. No creo que haga falta que os dé la mía, porque creo que es evidente para todos, pero como esto es un blog, ahí va:

Si bien es cierto que una simplificación en el proyecto será un gran alivio para la NASA, dados los reiterados retrasos y aumento de costes que viene sufriendo este programa, creo evidente que el principal problema sigue siendo el peso. Pese a los reiterados desmentidos (“el Ares I tiene capacidad de sobra para lanzar la Orión”, decían…), las filtraciones relativas a los problemas de potencia del lanzador para poder cumplir la misión han sido constantes en los últimos tiempos. La renuncia a la recuperación sobre tierra (también inicialmente desmentida, y finalmente aceptada oficialmente) fue el primer gran síntoma, y éste es claramente el segundo. Los problemas deben ser bastante serios.

Pero hay más: si bien se dice, y es cierto, que el tamaño de la Orión permitirá en un futuro hacer una versión para 6 tripulantes, todos sabemos que esto puede suponer que nunca se cuente con dicho vehículo. La misión lunar siempre ha estado en entredicho (al principio por mi y unos cuantos más, y en los últimos tiempos por mucha más gente), pero esto puede ser la puntilla. Porque con un vehículo ya existente con capacidad para 6 personas, aunque la idea de misiones más allá de la órbita terrestre se quedase inicialmente en suspenso (que siempre ha sido bastante probable), al menos ya se tendría una parte importante del sistema listo si algún día se quisiera retomar la idea. Tener una Orión con capacidad para 6 personas, aunque durante años sólo se utilizasen 4 plazas para misiones a la ISS, daría además argumentos a la NASA para llevar a cabo misiones tripuladas más ambiciosas, para lo que sólo se necesitaría un lanzador más potente. Pero si nos quedamos con una nave para 4, cualquier iniciativa de este tipo necesitaría no sólo el lanzador, sino el desarrollo de una nueva versión de la nave Orión. Ese planteamiento supondría mayor coste y plazos, haciendo bastante más complicada su aprobación. Una Orión de 6 plazas no garantiza en absoluto que algún día se vuele más allá de la ISS, pero hacer una de 4 es casi dar un cerrojazo a esa posibilidad. Vale, siempre podríamos volar a la Luna con sólo 4 tripulantes, pero entonces ¿qué aportarían estas misiones sobre las Apollo, que llevaban 3? La (débil) justificación de las nuevas misiones lunares es que aportarían mucha más capacidad que las antiguas misiones Apollo, con mucho mayor retorno científico; conformarnos con una repetición de lo que se hizo en los años 60-70 es difícilmente “vendible”…

En fin, no es sorprendente, y en cierto modo era hasta previsible, pero no por ello deja de ser triste. Lo siento por Bush (en un decir…), pero el único legado positivo que podía haber quedado de su mandato, su “visión”, parece que se desintegra día tras día. Repito, muchos lo sospechábamos desde el mismo día en que dio su discurso, pero lamentablemente que previéramos este final no significa que nos alegre. Qué triste…

Actualización:

Poco después de escribir lo anterior, me entero de que ayer (29 de abril) el actual administrador en funciones de la NASA, Chris Scolese, dijo en una conferencia que la NASA se está replanteando la idea de construir bases permanentes en la Luna, como se ha defendido en los últimos cinco años. En la actualidad se estaría considerando la realización de misiones puntuales, tipo Apollo, o incluso sustituir el objetivo lunar por otros (un asteroide, Marte…).

¿Necesitamos más pistas? Ya no se trata de unos cuantos escépticos que decimos que no se va a ir a la Luna, ahora la propia NASA empieza a desechar públicamente la idea. Han sido unas declaraciones vagas y sin detalles, pero parece que se está preparando el terreno para una retirada en toda regla. Creo que sobran más comentarios.

4 comentarios:

Leonardo dijo...

Todo esto es muy triste. El proyecto Constellation nunca fue ambicioso, consistía en aprovechar los avances en informática y nuevos materiales para hacer un Apollo mejorado, sin innovaciones importantes en la cohetería, ni energía nuclear, ni nada de eso. Pero si encima a ese plan poco ambicioso ahora se le van reduciendo prestaciones, ¿qué queda? Hubiera sido más práctico imitar a los rusos y seguir volando en vehículos de cincuenta años de edad. Tengo 23 años y me habia ilusionado con la posibilidad de ver un viaje a la luna antes de llegar a viejo... A proposito, ¿alguien se acuerda de que en las primeras infografias sobre la "vision" que difundia la NASA no se mencionaba solo la luna, sino que el slogan era "moon, MARS, and BEYOND (???)" ?

Felicitaciones por el blog. El rastreo sobre como el periodismo cago paso a paso la noticia del inodoro de la ISS es genial!

Anónimo dijo...

No tan triste. Hay que asumir que EEUU está en una decadencia muy seria y que ha sido muy acelerada por la gestión de los descerebrados de la extrema derecha. A mí me preocupa mucho más que haya una NASA que pueda gestionar el New Horizons cuando llegue a Plutón, porque sí que sería tristísimo que la nave llegara y ya no existiera nadie en Tierra para aprovecharlo. Lo que se impone es una exploración del espacio colectiva y cuanto antes, cuanto más tiempo se pierda en individualidades más batacazos para todo el mundo. La industria aeronáutica de los EEUU ha estado siempre muy vinculada al aparato militar, y éste se va a hundir con los EEUU, y me temo que más rápido de lo que parece. Como vemos, poco margen de maniobra tiene la NASA ante escenarios que están fuera de su control. Para este año muchos analistas, de los más solventes, dan por hecho la suspensión de pagos de los EEUU con lo que eso significa tanto para los propios EEUU como para el mundo. Como digo, la mejor opción es crear un organismo internacional (tipo la OMS, la UNESCO, o como la ESA pero a escala planetaria) que gestione la exploración del espacio. Que pueda aprovechar antes de que se pierda la experiencia de tantísimas personas. Por cierto que lo del Constellation podemos darlo por muerto del todo, ni eso se llevará a cabo y veremos a ver qué pasa cuando las lanzaderas queden definitivamente para el desguace.

Gabriel Garcia Sagario dijo...

Excelente entrada!, ahora entiendo muchas cosas de porque la NASA ha optado por volver a utilizar naves ...no reutilizables, y en particular a volver a zambullir a sus astronautas en el oceano.

Definitivamente las últimas noticias que hemos recibido de la NASA no son muy alentadoras. En momentos en que se plantean objetivos muy importantes, como volver a la Luna, visitar Marte, etc., y que estos objetivos demandan de nuevas y más avanzadas tecnologías es bueno preguntarse porque se retrocede de esta manera.


Un saludo,
G.-

monsieur le six dijo...

Completamente de acuerdo con el segundo comentario. Basta ya de perder tiempo y recursos en proyectos en los que no se cree de verdad. Hace falta una colaboración internacional para llevar a cabo las misiones del siglo XXI. Cualquier otro intento de crear un proyecto ambicioso unilateralmente está abocado al FRACASO. La ISS es la prueba de que no hay otra alternativa.