29 diciembre 2008

Corea avanza… pero menos

Algunos recordaréis que hace casi dos años anunciaba aquí la próxima entrada de Corea del Sur en la arena espacial, con la introducción de su primer lanzador espacial. De hecho, se hablaba entonces de 2008 como fecha esperada para el primer lanzamiento, cosa que, evidentemente, no ha sucedido.

Pues bien, hoy os traigo una actualización sobre el programa espacial surcoreano, con sus luces y sus sombras. Por un lado, el pasado mes de octubre se presentó a la prensa (ver foto) el que será el primer lanzador del país asiático, el KSLV-1 (originales estos nombres, ¿verdad? SLV de Space Launch Vehicle, y K de Korea; la misma nomenclatura seguida por indios y brasileños, entre otros, para sus respectivos vehículos…). Se trata de un diseño realizado en estrecha colaboración con Rusia, basado en el lanzador ruso Angara al que se le añade una etapa sólida superior de nuevo desarrollo.

El KSLV-1 debería haber llevado a cabo su primer vuelo, lanzando un satélite surcoreano, a lo largo de este año, pero “retrasos en la cooperación técnica con Rusia”, según fuentes surcoreanas, han alargado el proyecto aplazando el primer lanzamiento hasta al menos la primavera-verano de 2009.

La parte más negativa es que se esperaba que al KSLV-1 le siguiera el KSLV-2, que debería haber sido un desarrollo completamente coreano, sin utilizar material ruso en su fabricación. Aunque, por supuesto, su diseño se basaría en todas aquellas tecnologías que los coreanos hubieran podido asimilar de los rusos tras su colaboración en torno al KSLV-1. En concreto, se esperaba que Rusia realizase una transferencia tecnológica a Corea del Sur en relación con el diseño de motores cohete de propulsante líquido.

Pues bien, la situación es que dicha transferencia no se ha producido. A pesar de las intensas negociaciones, Rusia ha terminado por negarse a transferir esta tecnología, ante lo cual Corea ha reconocido su incapacidad para llevar a cabo por sí sola el desarrollo de este nuevo cohete. El gobierno ha cancelado el presupuesto previsto para 2009 en este programa, y a cambio se lanzará un estudio de viabilidad encaminado a analizar si merece la pena mantener un equipo de investigación y desarrollo con el objetivo de desarrollar estas capacidades en el país asiático.

En fin, como decía al principio, noticias buenas y malas: las buenas, que en 2009 Corea del Sur tendrá su propio lanzador espacial; pero en el lado negativo, que es posible que este lanzador, más ruso que coreano, sea el último que se haga en Corea durante unos cuantos años… (Foto: Yonhap)

22 diciembre 2008

Indios en el espacio

Hace exactamente dos años, os anunciaba aquí la intención de la India de dar un giro importante a su política espacial para introducirse en el campo de los vuelos tripulados. Os recomiendo leer aquel artículo a quienes estéis interesados, pues en él exponía, entre otros, mis opiniones sobre las razones de este cambio de política. Asimismo, tenéis este otro reportaje en mi web principal con un recopilatorio de la historia del programa espacial indio.

Pues bien, hoy quería contaros cómo ha ido evolucionando aquel anuncio preliminar a lo largo de estos dos años. Lo que en su día no parecía más que una declaración de intenciones, en la actualidad ha empezado a tomar forma tras el acuerdo firmado con Rusia para iniciar las actividades en este sentido. Primeramente se enviará un astronauta indio al espacio a bordo de una nave Soyuz, con fecha estimada para 2013; se trataría del segundo indio en la historia en subir al espacio, después de que Rakesh Sharma hiciera lo propio en 1984 a bordo de la Soyuz T-11, para pasar después ocho días en la estación espacial Salyut 7.

Pero lo más interesante viene después, con el anuncio de una misión tripulada completamente india con una fecha aproximada de 2015. Dicha misión se llevaría a cabo a bordo de una “nueva” nave espacial, al parecer básicamente una Soyuz modificada, que se desarrollaría conjuntamente entre las agencias espaciales india y rusa, ISRO y Roskosmos respectivamente. Hasta dónde llegarían dichas modificaciones y cuál sería su motivo, es algo que no se ha revelado por ahora (o al menos yo lo desconozco); ¿será para ser utilizada conjuntamente con un lanzador indio, como el GSLV? Lo ignoro, pero tendría su lógica…

Lo único que se ha dicho es que dicha misión en ese derivado indio de la Soyuz transportaría a dos astronautas indios al espacio para pasar una semana en órbita antes de retornar a la Tierra con una caída sobre el Océano Indico. Puede que ésta sea la causa de al menos parte de las modificaciones de la Soyuz, el cambio de un retorno nominal sobre tierra firme, a un retorno sobre el mar; aunque la Soyuz está preparada para ello en caso de emergencia, convertir éste en el modo normal de aterrizaje podría aconsejar algún cambio en el diseño.

En cualquier caso en Bangalore, la ciudad tecnológica por excelencia de la India, está empezando a construirse un centro de entrenamiento de astronautas, y en breve comenzarán los procesos de selección para configurar el primer cuerpo de astronautas indio. Parece que en no mucho tiempo tendremos un nuevo actor en la actividad espacial tripulada. Bienvenido sea.

19 diciembre 2008

Ministerial 2008 3ª parte – Recapitulación final

Buenas noticias para los que estabais interesados en conocer más en detalle cómo transcurrió la última reunión ministerial de la ESA el pasado mes de noviembre, y cuál ha sido el detalle de la participación española. Hasta ahora me había mordido la lengua por temor a revelar información más o menos confidencial, pero he visto que el CDTI (organismo público encargado, entre otros, de representar a España ante la ESA) ha hecho públicos los diferentes informes sobre el tema, así que ya puedo hablar sin tapujos.

Primero, los recortes. Ya sabéis, hace unos meses os hablaba de severos recortes en la propuesta que la ESA iba a presentar a la reunión ministerial, aunque fueron recortes “en la sombra”, por así decirlo, por tratarse de “auto-recortes” que realizó la ESA sobre el presupuesto a demandar en la reunión. Es decir, que iban a pedir 100 pero vieron que la cosa estaba chunga, así que optaron por pedir 60, esperando que les dieran al menos 50… (huelga decir que la diferencia de presupuestos antes y después de dichos recortes reflejaban fielmente la voluntad política de los países miembros antes y después de la agravación de la crisis económica; vamos, que la ESA no plantea presupuestos “a ciegas” a ver si aciertan…). Pues bien, los detalles de esos recortes los tenéis aquí. A destacar: se canceló (por ahora) el programa de evolución del lanzador Vega, que pasó de 160 M€ a 0; se redujo sensiblemente el programa de seguimiento del cambio climático (de 170 M€ a 70 M€), se redujo sensiblemente el presupuesto para explotación de la ISS (de 3599 M€ a 1988 M€), incluyendo la práctica supresión de los derivados del ATV (de 450 M€ a 90 M€; es decir, para cuatro estudios y poco más), y se recortó apreciablemente el presupuesto para ExoMars (de 582 M€ a 340 M€), como reducciones más representativas (el detalle completo lo tenéis en la presentación que os enlazo arriba). En suma, fue un recorte de casi el 40%, pasando de una intención de pedir 13000 M€ a pedir sólo 8000 M€ (aparte de los 2292 M€ de los programas obligatorios, que no se tocaron). Esto fue lo que en su día os adelanté sin cifras, sin darme cuenta de que se había hecho público en la web del CDTI. Por cierto, que todo esto afecta al periodo 2009-2013, por lo que estos recortes en muchos casos significarán un aplazamiento de algunas actividades para después de 2013.

Pues bien, los resultados de la ministerial ya os los anuncié también aquí: tras este recorte en las expectativas, la reunión se desarrolló sin sorpresas, aprobándose prácticamente la totalidad del presupuesto solicitado. O sea, que los números que aparecen arriba, que son lo que se pidió, no fueron exactamente lo que se concedió, pero anduvo cerca. Una hábil maniobra política, como ya dijimos, para que no se notasen los recortes, al haberse realizado estos con anterioridad y en la oscuridad…

En realidad, según he sabido después, el Director General de la ESA, Jean-Jacques Dordain, tenía motivo para sentirse satisfecho del resultado de la reunión, como declaró a los medios. De los aproximadamente 10.500 M€ finalmente solicitados tras los recortes, entre programas obligatorios y optativos, los estados miembros aprobaron 9.900 M€. Pero es que hubo momentos en el transcurso de la reunión en los que llegó a barajarse una cifra de alrededor de sólo 8.000 M€ para el presupuesto global, lo que hubiera supuesto una fuerte bajada en el presupuesto de la ESA con respecto al actual (un 20%). Al final, el resultado fue un mínimo incremento que no llega a compensar totalmente la inflación, pero casi. Podemos decir, pues, que se mantiene el nivel presupuestario en la agencia, aunque recordando que hace apenas dos meses lo que se esperaba era un fuerte aumento.

Y llegamos al detalle de las conclusiones, que alguno de vosotros me había pedido. Pues bien, aquí lo tenéis, con detalles de la contribución española, entre otros. No me extenderé sobre ello, porque creo que es bastante autoexplicativo y que sólo os interesará a los más “frikis” (dicho sea con cariño), aunque si alguno quiere podemos debatirlo en los comentarios. En pocas palabras, diré lo ya dicho: que España mantiene su inversión en el 8% que le corresponde en base a su PIB, una vez alcanzado este nivel tras las fuertes subidas de los últimos años (ver gráfico).

Otras cosas a destacar que pasaron en la ministerial: pues que Italia y Francia bajan su grado de participación en la agencia, mientras que Alemania lo aumenta significativamente. En el caso de Italia, se trata simplemente de un tema político-económico (es decir, se baja el presupuesto espacial y punto), mientras que en Francia es diferente: aquí no se trata de un descenso de la participación gala en el espacio, sino en un desvío de fondos de la ESA a su programa espacial nacional. Es decir, menos dinero para programas europeos, y más dinero para programas propios, pero Francia mantiene su fuerte apuesta espacial, como líder indiscutible en Europa en esta materia.

Por otra parte, en la ministerial se aprobó un incremento presupuestario para la ESA de un 3,5% anual hasta 2013, sobre el presupuesto aprobado. Es decir, un mantenimiento durante estos años, con simples revisiones para mantener un nivel similar, corrigiendo el IPC, más o menos.

Otro tema que surgió fue la política de votación en la agencia. Hasta ahora, la ESA se rige por la política de “un país, un voto”, y esto no agrada demasiado a los principales contribuyentes (Francia, Alemania, Italia…), que ven cómo, poniendo mucho más dinero que el resto, al final su voz tiene el mismo peso que, por ejemplo, la de Portugal en las votaciones. Esto se verá agravado en el futuro próximo, dada la prevista entrada de países de la Europa del este, previsiblemente con muy bajos niveles de inversión pero también con derecho a voto.

La verdad es que el deseo de los grandes es lógico, aunque a España, como contribuyente pequeño, le perjudique (aunque ya somos el quinto contribuyente a la ESA, seguimos estando a enorme distancia de los líderes en cuanto a inversión). Porque ciertamente no parece muy lógico que un país que invierte 1 euro en un programa pueda opinar igual que quien está invirtiendo 1 millón, o incluso pueda vetar algunas decisiones que a día de hoy requieren la unanimidad. Pero bueno, el caso es que el tema se trató pero no se llegó a un acuerdo, así que quedó abierto para el futuro. Por el momento, el sistema de votación se mantiene como hasta ahora.

Bueno, podría extenderme más, pero creo que lo fundamental está ya dicho y más que dicho. Cierro ya con esto esta larga serie de articulillos dedicados a la reunión ministerial, que ya está bien… Pero bueno, creo que el tema lo merecía, aunque pueda haberos resultado aburrido a muchos; al fin y al cabo, de esto depende el futuro próximo de Europa en el espacio…

¿Griffin conserva su silla?

Veremos en qué queda finalmente, pero parece que el Administrador de la NASA Michael Griffin cada vez tiene más posibilidades de permanecer en su puesto con el nuevo presidente. Ya os comentaba recientemente que por su parte había estado haciendo contactos con unos y con otros para conseguirlo, haciéndoles saber que estaría encantado de continuar al frente de la agencia, siempre y cuando se le permitiera seguir adelante con el programa Constellation.

Pues bien, acaba de anunciarse que Griffin cuenta con un poderoso aliado en el partido demócrata: el congresista Bart Gordon, presidente del comité científico del Congreso, quien ha aconsejado a Barack Obama que conserve a Griffin en su puesto durante la nueva legislatura, deshaciéndose en alabanzas hacia el actual administrador. De él ha dicho, entre otras cosas, que si bien a veces resulta bastante “cáustico”, al menos es sincero, y eso no abunda por Washington…

En fin, veremos qué pasa; la continuidad del proyecto Constellation tal y como lo conocemos a día de hoy puede depender en buena medida de esto. (Foto: Tim Sloan/AFP/Getty)

11 diciembre 2008

Guerra abierta en la cúpula de la NASA

Qué fuerte… Estas cosas pasan hasta en las mejores familias, y todos las hemos vivido alguna vez en nuestra vida profesional, pero no por eso dejan de ser situaciones… en fin, no sé muy bien cómo describirlas, pero digamos que “singulares”.

Me refiero al enfrentamiento abierto que está teniendo lugar entre el todavía Administrador de la NASA, Mike Griffin, y el nuevo equipo de transición nombrado por el presidente electo Barack Obama para relevarlo al frente de la NASA. Obama ha puesto al mando de este equipo de transición a Lori Garver, quien ya fuera administradora adjunta entre 1998 y 2001 bajo el liderazgo del Administrador Daniel Goldin, nombrado en su día por George Bush padre. En los últimos años, Lori Garver ha trabajado como asesora en temas espaciales de varios candidatos demócratas a la presidencia.

Pues bien, la cuestión es que Mike Griffin está siendo acusado de falta de cooperación con el equipo de transición, e incluso de poner obstáculos a sus actividades. Fuentes internas han revelado incluso que Griffin ha acusado personalmente a Garver de no estar cualificada para juzgar el programa Constellation; testigos presenciales han declarado que, durante una reunión con Garver y su equipo, un Griffin rojo de ira ha pedido hablar directamente con Obama.

En paralelo, el actual administrador ha transmitido instrucciones a sus empleados y subcontratistas sobre qué pueden y qué no pueden contar al equipo de transición. Esto extraoficialmente, claro, mientras de cara al exterior ha enviado una circular pidiendo la máxima cooperación con el equipo de transición, y que sus preguntas sean respondidas “rápida, abiertamente y con precisión”. En paralelo, Griffin ha advertido a los diferentes directivos de las empresas aeroespaciales que trabajan para la NASA que mucho cuidadito con criticar el programa lunar; fuentes de estas empresas han revelado que la NASA les ha pedido que digan al equipo de Obama que apoyan el programa Constellation, y que si no están de acuerdo en algo, que mejor que se queden callados. Esto va claramente dirigido a quienes pudieran sentirse tentados de ofrecer sus lanzadores comerciales en activo (Delta IV o Atlas V como posibilidades más probables) como alternativa más directa al Ares I. Los contratistas reconocen en privado sentirse amenazados con penalizaciones comerciales en el futuro si no actúan en la forma que se les ha indicado. En concreto, se sabe de casos en las que ciertos directivos de empresas aeroespaciales invitados por el equipo de Obama a expresar sus opiniones, han recibido órdenes de su dirección de no acudir a la reunión, y de consensuar antes con la NASA cualquier cosa que se vaya a decir ante el equipo del nuevo presidente.

Todo esto lo ha revelado el Orlando Sentinel basándose en fuentes internas de la agencia espacial y de la industria norteamericana, y asegurando disponer de copias de e-mails que respaldan estas revelaciones y estas directivas editadas por la NASA. Por supuesto, la NASA niega oficialmente que esto esté sucediendo. “Estamos trabajando extremadamente bien con el equipo de transición”, ha declarado el jefe de comunicaciones de la agencia, aunque ha admitido la “preocupación” de Griffin por las carencias de dicho equipo en cuanto a tener la suficiente experiencia ingenieril como para interpretar correctamente la información que se les suministra. Lori Garver, por su parte, ha preferido no hacer comentarios al respecto.

Está claro que la misión de un equipo como el de Lori Garver no es fácil, ni cómoda para aquellos que los reciben en el seno de la NASA. La misión de este equipo es precisamente rebuscar los problemas, sacar a la luz los puntos más oscuros, para asegurarse de que no haya sorpresas cuando Obama y su gente asuman el mando. Se trata de conocer al detalle lo bueno y lo malo de cada programa dentro de la NASA, para poder tomar las decisiones oportunas al respecto. Y lógicamente, esta labor de auditoría no le gusta sufrirla a nadie, menos aún si consideras que puede poner en peligro el trabajo que has realizado durante los últimos años.

Este es el caso concreto del programa Constellation. Con una multitud de problemas técnicos recientemente aireados, retrasos en las fechas de entrada en servicio y sobrecostes declarados, es lógico que Griffin tema seriamente por su continuidad. Y por ello se revuelve “como gato panza arriba”, intentando salvar su proyecto del alma. Al respecto, el actual administrador ya ha hecho saber con anterioridad que le encantaría mantenerse en el puesto bajo la nueva administración, pero sólo si se le garantiza la continuidad del programa Constellation. También se le ha visto en los últimos meses frecuentando los entornos gubernamentales de Washington, supuestamente intentando allanar el camino a ambas metas, su continuidad y la de “su” programa. Ahora, con la labor inquisitiva del equipo de Lori Garner, Griffin ve sus metas amenazadas.

La cosa parece que ha llegado a adquirir tintes de pelea callejera en algún caso, con testigos ajenos a la NASA contemplando discusiones a gritos entre el propio Griffin y algún miembro del equipo de Obama en medio de zonas públicas de la agencia. En concreto, algunos asistentes a una fiesta en la librería de la NASA estaban escuchando una presentación de un historiador que, haciendo un repaso a la historia de los años dorados de la agencia, recordaba cómo el equipo de Kennedy al llegar a la presidencia no le daba la más mínima importancia a la NASA. Al parecer, Griffin, que pasaba por allí, dijo a gritos “¡Ya quisiera yo que el equipo de Obama viniera a verme para decirles unas cuantas cosas!”, a lo que respondió, también a gritos, uno de los miembros de dicho equipo, que casualmente estaba por allí: “¡Pues mira, Mike, aquí estamos, cuando quieras!”, a lo que al parecer siguió una animada discusión entre ambos.

En fin, penoso lo que está pasando entre quienes teóricamente son la élite de la actividad espacial en los Estados Unidos…

09 diciembre 2008

Las ambiciones espaciales de Irán

Irán sigue poco a poco, despacito, avanzando en sus intentos de convertirse en la primera potencia espacial de Oriente Medio. Sí, ya sé que hace tiempo que tenemos por ahí a Israel, que con su lanzador Shavit derivado del misil Jericó II ha lanzado algún que otro satélite espía al espacio… Pero si Israel participa en Eurovisión será que es un país europeo, ¿no?, así que en ese caso, Irán se convertirá en la primera potencia espacial de la región… [/mode ironic off]

Bueno, dejándonos de tonterías, la razón de esta entrada es que Irán ha anunciado recientemente su intención de lanzar animales al espacio, en vuelos suborbitales. En paralelo, continúan perfeccionando el lanzador Safir, con el objetivo de lanzar al espacio su primer satélite de fabricación nacional, Omid, una vez se hayan llevado a cabo con éxito un par de vuelos de prueba con el mencionado cohete. Esto parece corroborar que, en efecto, el anterior vuelo del Safir en agosto de 2008 fue un fracaso, aconsejando un mayor conservadurismo de cara al próximo intento orbital.

Pero lo más sorprendente para mi ha sido el anuncio de iniciar vuelos espaciales con animales. Sorprendente porque hoy en día es algo que no tiene mucho sentido, especialmente tratándose de vuelos suborbitales como estos, simples “saltos” hacia lo alto con una breve incursión de unos pocos minutos en el espacio exterior, más allá de la atmósfera terrestre (un hecho éste, el de la trayectoria suborbital, que apenas se menciona en el anuncio, en un claro intento de no restar importancia a la misión). En los comienzos de la era espacial, estos vuelos eran necesarios para asegurar la inocuidad de los viajes espaciales de cara a las primeras misiones tripuladas, pero en la actualidad una misión como ésta no aporta nada nuevo. Nada, excepto publicidad.

escribirY es que para mi parece claro que esto es lo perseguido con el anuncio. Estas misiones con animales se presentan como un primer paso hacia futuras misiones espaciales tripuladas por parte de Irán, pero esto es, a día de hoy, pura ciencia-ficción. Cuando ni tan siquiera se ha perfeccionado un cohete ligero capaz de lanzar un pequeño satélite al espacio, hablar de misiones tripuladas parece pura palabrería. A no ser, claro, que se limiten también a saltos suborbitales a bordo de una pequeña cápsula, algo que podría alcanzarse en fecha más próxima aunque no antes de unos cuantos años más (si es que de verdad se persigue). Pero es que aunque fuera ése uno de los objetivos del programa espacial iraní, lanzar un persa al espacio, estos lanzamientos con animales no aportarían nada.

Por todo ello, creo que el anuncio parece reflejar el espíritu del naciente programa espacial iraní: más que avances tecnológicos reales, parece buscarse la espectacularidad, el prestigio frente a sus vecinos. Aunque sea simplemente a base de lanzar a un pobre bicho hacia lo alto para recogerlo después en paracaídas (sobre la especie del pobre bicho no sabemos nada). En fin, siempre será mejor usar los misiles para eso que equiparlos con cargas bélicas…

29 noviembre 2008

Ministerial 2008 2ª parte – O cómo hacer ver que sube lo que en realidad baja

Hay que reconocer que estos políticos a veces son admirables… Son capaces de vendernos como gran éxito y subida de presupuestos lo que en el fondo ha sido un serio recorte a las expectativas que existían hace apenas un mes.

Sí, me refiero a las conclusiones de la Reunión Ministerial de la ESA 2008, de la que os hablaba en la anterior entrada. Se están vendiendo como un gran éxito para el futuro de Europa en el espacio, y como un notable incremento de los presupuestos de la agencia para los próximos años. Y en realidad son verdades sólo a medias, pero que arrojan luz sobre por qué todo se ha desarrollado de la forma que lo ha hecho.

Me explico: a nadie le interesaba que esta reunión apareciera como un fracaso, como un duro golpe a las aspiraciones europeas en el espacio. Todo lo contrario, de cara a todo el mundo (a los ciudadanos, al exterior, etc) es importante dar una imagen de optimismo, unidad y confianza ante el futuro, así como de apuesta por el sector. Presentar un serio recorte en las expectativas, como ha sucedido en realidad, enviaría un mensaje completamente opuesto. Así que se ha llevado a cabo una inteligente maniobra, según lo veo yo.

Hace poco más de un mes os anunciaba que la ESA había recortado drásticamente sus objetivos de cara a esta reunión ministerial. Prácticamente de un día para otro (aunque supongo que por detrás se había trabajado durante un tiempo analizando la situación), su director Jean-Jacques Dordain anunció internamente un serio recorte en el presupuesto a presentar en la reunión. Es decir, la ESA decidió pedir bastante menos de lo que tenían pensado pedir en un principio. Fue un auto-recorte, para evitar males peores.

¿Cuáles serían esos males peores? Pues encontrarse con una bofetada en toda la cara a la vista de todo el mundo, por así decirlo. Eso es lo que hubiera significado pedir 100 y recibir 60. Así que, en previsión de lo que pudiera suceder, la dirección de la ESA decidió actuar preventivamente, reduciendo sus expectativas a la realidad del momento, la dictada por la crisis económica.

Supongo que no debió ser tarea fácil. Me imagino al equipo de la ESA encargado de realizar los presupuestos, indagando aquí y allá, tanteando a los diferentes delegados de los países miembros para ver cómo “respiraba” cada uno e intentando adivinar cuál sería el presupuesto que los ministros estarían dispuestos a aprobar. Como digo, no debió ser tarea fácil: como ya he dicho, no era bueno pedir 100 para quedarse en 60, pero sería aún peor pedir 60 si en realidad los países miembros habrían estado dispuestos a llegar hasta 70…

En fin, parece que en la ESA hicieron un buen trabajo: de los 10.500 millones de euros que finalmente se solicitaron (podéis ver el desglose aquí), tras el auto-recorte, los países miembros han aprobado 9.900. “No me lo esperaba”, ha declarado Jean-Jacques Dordain. Al parecer, habían “tirado” un poquito por lo alto (como debe ser), pidiendo un 10% más de lo que en realidad esperaban obtener. Pero el resultado ha sido que les han dado prácticamente todo lo que han pedido, así que finalmente se encuentran de lo más satisfechos. Parece que ya nadie se acuerda de que en realidad hace tan sólo un mes se esperaba obtener muchísimo más. Quien no se consuela, es porque no quiere…

Los responsables y la prensa destacan que los presupuestos han aumentado desde la anterior ministerial de 2005. Y sí, es cierto, lo han hecho, en números absolutos. Pero si tenemos en cuenta la inflación, la cosa cambia. En realidad, el resultado en euros constantes (si igualamos su valor con la inflación) es de una pequeña caída con respecto a 2005. Naturalmente, eso no es muy políticamente correcto decirlo…

En fin, resumiendo, la situación es la que os anticipaba hace un mes: en el futuro próximo, la ESA continuará por el camino marcado, sin nuevos ni espectaculares programas. Que no está mal, teniendo en cuenta que en los últimos años se ha alcanzado un nivel más que aceptable, sobre todo en el lado científico (el menos vistoso, lamentablemente, centrado en satélites), pero que es bastante menos de lo que se preveía hace poco más de 30 días.

Sí, veremos aún programas nuevos de exploración: Bepi-Colombo, por ejemplo, la misión a Mercurio, que no se vio apenas afectada por los recortes (se decidió no afectar seriamente a los programas en avanzado estado de desarrollo). Pero tardaremos varios años más en ver ExoMars en funcionamiento: ya os anticipé que, sin llegar a verse anulada, su presupuesto había quedado bajo mínimos, lo justito para mantenerlo vivo en espera de tiempos mejores. Lo mismo ha pasado con varios otros proyectos.

En resumen, nada nuevo bajo el sol, la reunión ha terminado como se preveía en los círculos próximos a la ESA. Es en cierto modo lógico, teniendo en cuenta el contexto de crisis mundial que estamos viviendo, pero no deja de ser triste. Pero una vez aceptado esto, hasta es lógico que Dordain esté contento: su equipo indudablemente ha hecho una magnífica labor, anticipándose a lo que iba a pasar en la ministerial, y ajustando los presupuestos con un tino impresionante. Hay que ver el lado bueno, así que… ¡enhorabuena! (Foto: ESA)

26 noviembre 2008

Ministerial 2008

Impresionante, ¿verdad? Me refiero a la foto… Toda esa gente está ahí para decidir el futuro de Europa en el espacio. Se trata de la reunión ministerial de 2008, con delegaciones de todos los países miembros de la ESA, que ha concluido hoy, día 26 de noviembre. Lo increíble es que se pueda llegar a consensuar algo, con tanto país y tanta gente…

Cuando tenga un rato para empollármelas, ya os informaré de las conclusiones de la reunión, que acaban de darse a conocer. Aunque me temo que no habrá mucho que contar, como ya os anticipé no hace mucho… (Foto: ESA)

25 noviembre 2008

Yo... Galileo Galilei

Éste es el título de un nuevo libro de divulgación para niños que acaba de salir al mercado, de la pluma (o las teclas, más bien) de Albert Plà. Se trata de una biografía de este precursor de la ciencia y la astronomía modernas, escrita de una forma amena y desenfadada, pero no por ello menos rigurosa.

Se trata de un libro dirigido a niños con edades comprendidas entre los 8 y los 12 años, más o menos (es decir, ese periodo en el cual ya puedes leer con cierta fluidez, pero aún no tanta como para enfrentarte a El Quijote), aunque lo cierto es que seguramente muchos padres lo leerán también con interés. Yo, al menos, lo he pasado bastante bien leyéndolo, y reconozco que, aunque cortito para un adulto (64 páginas, combinando texto y dibujos) he aprendido algunas cosas nuevas sobre este personaje, del que reconozco que sabía poco más que los cuatro datos relevantes que todos conocemos.

De hecho, el libro también nos sacará a más de uno de algún error, al darnos cuenta que de esos "cuatro datos relevantes", a lo mejor resulta que dos o tres no lo son tanto... vamos, que son falsos en toda regla. Y es que un apartado del libro se dedica precisamente a eso, a desbancar mitos sobre el personaje. Y lo hace con bastante humor...

Quizás lo mejor del libro sea eso, su estilo ameno, ágil y hasta divertido en ocasiones, con una redacción en primera persona en un lenguaje coloquial que creo que lo puede hacer muy atractivo para el público al que va dirigido. Se nota aquí la mano de Albert, un gran comunicador que ha dedicado buena parte de su carrera profesional, entre otras muchas cosas, a divulgar ciencia y astronomía a grupos de jóvenes, a través de su empresa Aula del Cosmos.

El texto se complementa con unos divertidos dibujos que componen un resultado final bastante atractivo. En resumen, un magnífico regalo para estas Navidades, si tenéis hijos, sobrinos o nietos en esa banda de edad.

Yo… Galileo Galilei
Editorial Parramón
ISBN: 978-84-342-3284-6

20 noviembre 2008

La Crisis de los Misiles de Cuba

Ya sé que no es un tema de astronáutica, pero tiene cierta relación cercana, ya que en aquella época el desarrollo de misiles y el de cohetes espaciales iban íntimamente unidos. En cualquier caso, creo que el análisis de aquella crisis es un tema apasionante, y por eso escribí un artículo hace algún tiempo que publiqué en Historia 16, incluyendo algunas recientes revelaciones que nos hacen estremecernos aún más al demostrarse lo cerca que estuvimos de una guerra nuclear en 1962.

En fin, no me enrollo más, esto era sólo para informaros de que he colgado dicho artículo en mi web principal, podéis encontrarlo aquí, si os interesa.

04 noviembre 2008

Se veía venir… (el Ares y sus problemas, otra vez)

Se veía venir: un estudio independiente realizado por una comisión del Congreso norteamericano ha concluido que el desarrollo del cohete Ares-I de la NASA se enfrenta a un probable retraso de al menos año y medio sobre la última fecha oficial de entrada en servicio (marzo de 2015), la cual ya acarreaba un año de retraso frente a la fecha planteada al lanzamiento del proyecto (2014).

Y no sólo eso, sino que el sobrecoste que supondría intentar evitar este último retraso se elevaría a 7.000 millones de dólares sobre el presupuesto del programa. Eso sólo para meterlo en fechas, sin contar con hipotéticos sobrecostes que puedan aparecer por otras razones.

Entre los problemas encontrados por la comisión en el proyecto, me ha llamado la atención ver que se apunta a “la incapacidad de la NASA para desarrollar y fabricar escudos térmicos efectivos para el Orion dentro de la planificación de desarrollo actual”. Me parece muy fuerte, muy agresivo hablar de la “incapacidad de la NASA”, aunque la frase encaja muy bien con lo que Daniel Marín apuntaba en su blog hace cosa de un mes…

El estudio revela (yo no había encontrado confirmación desde que anuncié aquí que estaba en consideración, hace cosa de un año) que la NASA ya ha renunciado a que el Orión realice un aterrizaje sobre tierra firme, optando por el amerizaje como opción nominal (la tierra firme queda como opción de emergencia, como ocurrió en proyectos anteriores de la agencia). Esto aligera el vehículo, pero impone severas restricciones: por un lado, encarece las misiones debido al mayor apoyo logístico requerido para un amerizaje; y, por otra parte, dificulta enormemente (encareciéndolo también en buena medida) la reutilización de la nave, debido a lo duro de las condiciones marinas (entorno altamente corrosivo). Mala cosa para conseguir un sistema espacial económico.

En respuesta a este informe, el Jefe de Proyecto del Ares I ha declarado en rueda de prensa que “El cohete Ares I es un diseño sólido que no sólo cumple los altos niveles de seguridad requeridos para un vehículo tripulado, sino que está dentro de presupuesto y plazos y cumple los requisitos de prestaciones con margen”. En otras palabras, lo que viene a decir es: “el informe del comité del Congreso es una mentira cochina”. Algo huele mal en todo esto…

Para terminar, por si todo esto fuera poco, la ex-astronauta Eileen Collins, actual miembro (¿o “miembra”?) del Consejo Asesor de la NASA, ha revelado que, entre las opciones en estudio para simplificar el diseño e intentar paliar los múltiples problemas a los que se enfrenta el proyecto (y de los que ya hablábamos últimamente por aquí), se encuentra la de reducir el objetivo del proyecto Constellation a un simple lanzador y vehículo para subir a la órbita terrestre baja, eliminando cualquier capacidad para llevar a cabo misiones lunares (y mucho menos marcianas). Por ahora sólo es una de las opciones a considerar, pero malo es que ya se planteen la posibilidad de renunciar a una de las premisas básicas del proyecto…

Lo dicho: se veía venir…

29 octubre 2008

Von Braun: la espera sigue

Una simple actualización para aquellos que estáis esperando la biografía de Von Braun que tantas vicisitudes ajenas a ella está pasando en cuanto a fecha de publicación: aunque el último anuncio que hice aquí apuntaba al otoño (de hecho, sobre estas fechas), hay un último (espero) pequeño retraso por razones logísticas, que retrasará la salida hasta el cambio de año (aún no sé si finales de 2008 o primeros de 2009). Al menos ya está incluido en el catálogo de novedades de la editorial, algo se ha avanzado...

Gracias de nuevo a todos por vuestro interés y paciencia en esto, que está durando más que la obra de El Escorial...

28 octubre 2008

Apuntes rápidos sobre la actualidad espacial (un poco de todo)

Tengo el blog muy descuidado últimamente. Habitualmente cuando no publico nada nuevo en un tiempo es porque no tengo mucho que decir, a veces porque no hay noticias de relevancia, o a veces porque éstas son tan conocidas que poco puedo añadir (y en este blog me gusta intentar añadir algo más a lo que uno puede leer por ahí). Pero en este caso la causa es más simple: que últimamente estoy saturado y no tengo tiempo para casi nada. Una pena, porque me ha tocado esta época de saturación justo cuando China e India están añadiendo un poquito más de color al monotemático EE.UU.-Rusia (con breves pinceladas europeas) en el espacio.

¿Qué ha pasado últimamente que no he reseñado aquí? Realmente nada sobre lo que pueda añadir gran cosa, pero sí bastantes pequeños apuntes que al final van sumando para dar lugar a un articulillo largo como éste. Intentaré resumir:


1. India ha lanzado su misión de exploración lunar, Chandrayaan-1, la que marca un antes y un después en la política espacial de este gigante emergente. No me extenderé mucho más, porque las razones para hablar de ese antes y después ya las expuse hace algún tiempo aquí, así que os invito a leeros aquel artículo (quien no lo haya hecho), que sigue estando hoy plenamente vigente.

2. Entre tanto, Europa anuncia el probable retraso de su ambiciosa misión ExoMars hasta 2016. Ninguna sorpresa en este sentido, pues ya os anticipé hace muy poquito que las cosas se están poniendo serias a nivel presupuestario en la ESA, y que esta misión era una de las que veían seriamente recortado su presupuesto. El retraso parece la consecuencia directa y lógica de este recorte, aunque no se anuncie así.

3. Por otra parte, la Soyuz TMA-12 volvió a la Tierra el pasado viernes 24 de octubre sin novedad. Lo cual no tendría nada de particular si no lo hubiera hecho bajo la sombra de los dos retornos anteriores, realizados de forma balística por serios fallos sufridos durante el proceso de reentrada, que también comentamos en su día por aquí. Esta vez todo ha funcionado correctamente, y los rusos aseguran tener localizado el problema. Al parecer, todo ha sido provocado por un fallo “tonto”, como a menudo pasan estas cosas, simplemente por la exposición de los bulones pirotécnicos que provocan la separación entre módulos a una carga de electricidad estática durante demasiado tiempo. Esta electricidad estática parece estar motivada por las características de la órbita de la estación, sumida en el campo magnético terrestre y cruzando zonas bastante densas de iones en la alta atmósfera. Con el paso del tiempo, esta electricidad acumulada podría haber deteriorado la capacidad del explosivo para detonar frente a la señal eléctrica que debe activarlo. Ensayos en tierra han probado que ésta es una causa posible y probable, aunque el análisis que se efectuará sobre uno de los bulones de la Soyuz TMA-12, retirado previamente por los astronautas para su análisis en tierra tras meses de exposición al vacío del espacio, dará probablemente las respuestas definitivas. La solución al problema parece sencilla, y se implementará de inmediato en las próximas Soyuz.

4. Otra cosilla curiosa que comentar es que parece que los problemas en el desarrollo del lanzador norteamericano Ares I, sustituto del transbordador, se multiplican. Ya hemos hablado de algunos de ellos en diferentes ocasiones (aquí, aquí y aquí), y también he comentado en alguna ocasión que los problemas son algo normal en este tipo de desarrollos, y que lo importante es detectarlos en las fases iniciales del diseño, antes de que sea demasiado tarde para solucionarlos (por plazos y coste, principalmente). Pero la verdad es que lo que se está filtrando parece poner cada vez más oscuro el proyecto. No porque sean problemas sin solución, ya que, me reafirmo, casi siempre hay solución para estos problemas encontrados en las fases de diseño. Pero si los problemas se multiplican, y el diseño se complica excesivamente, y/o aumentan los costes y/o los plazos, la cosa puede ponerse muy malita para el proyecto. Alguien se podría preguntar, y con razón (muchos se lo preguntan hace años) si el proyecto está bien planteado desde un principio. Algunas voces ya dicen que si esto sigue así, el proyecto puede sufrir un severo hachazo por parte de la próxima administración norteamericana.

¿Cuáles son los problemas actuales? Pues parece que se ha descubierto que, por razones intrínsecas al diseño del cohete, prácticamente una leve brisa puede hacer que choque contra la torre de lanzamiento durante el ascenso, lo cual no es muy divertido. Otro problema está detectándose en la separación entre etapas, pues no parece claro cómo evitar que residuos de propulsante en la etapa sólida tras su agotamiento no se enciendan espontáneamente tras la separación, provocando un choque entre las etapas recién separadas. Que tampoco da risa. Repito, todo esto es solucionable, pero empezamos a estar en fases relativamente avanzadas del proyecto para descubrir estas cosas: ya empiezan a resultar caros y costosos en tiempo los rediseños. Y, según dicen anónimamente algunos involucrados, parece que cada intento de solucionar algo estropea otra cosa (típico en sistemas complejos). Son significativas las palabras de un ingeniero del proyecto, bajo condición de anonimato: “Si ponen el suficiente empeño, volará. Pero va a haber tantos compromisos para ser capaces de lanzarlo, y va a estar tan fuera de presupuesto y de plazos, que casi sería mejor que no volase nunca”. Parece que el disgusto y el nerviosismo crece entre el equipo técnico, y ya ha habido dimisiones por no estar de acuerdo con la forma en que se lleva el proyecto. El Administrador Griffin se defiende de las críticas: “No ha habido nunca un sistema aeroespacial que se haya desarrollado sin problemas, y probablemente nunca lo habrá. Al final, la NASA siempre los ha solucionado, y los solucionaremos esta vez también”. Estoy de acuerdo al cien por cien con sus palabras; la cuestión es a qué coste se solucionarán los problemas esta vez, si de verdad el asunto es tan serio como algunos apuntan. Veremos en qué queda todo. Un interesante artículo sobre el tema, en inglés, lo podéis leer aquí (no dice todo, pero lo que dice es muy jugoso).

5. Y por último, decir que en los Estados Unidos ya se cerró completamente, con todas las bendiciones, la autorización para comprar más asientos en las Soyuz entre 2011 y 2016. Sí, ya anuncié que el Congreso lo había aprobado, y anuncié que se daba por prácticamente segura la aprobación en el Senado, como así fue. Luego el presidente lo ratificó también (será por firmas…), y finalmente la NASA ha hecho uso de la autorización emitiendo la solicitud formal para que se inicie la negociación de precios con Rusia para usar sus naves durante ese periodo. Frente a rumores anteriores sin fundamento (pura palabrería política) de que quizás no hiciera falta comprar Soyuzes porque se primaría el uso de alternativas privadas norteamericanas, la petición de la NASA deja claro que no hay ninguna alternativa a la que esperar: “cómprense Soyuzes pero ya, y déjense de estupideces”, dice la orden de la NASA, aunque de forma más políticamente correcta que con esa frase. Luego añade, para quedar bien, que esto no supone cerrarse para el futuro a las ofertas que pueda presentar cualquier tercero para transporte de carga y tripulaciones, pero deja claro que nadie va a quedarse sentado esperando que aparezcan esas hipotéticas naves maravillosas: primero las Soyuz, luego si sale algo más, estupendo, y ya veremos. ¿Alguien esperaba otra cosa?

6. También comentar, ya de paso, que he presentado el blog al concurso del diario “20 minutos”, los Premios 20 blogs. ¿Con la esperanza de ganar? Ni loco, ni siquiera espero quedar entre los 20 primeros de la categoría. No, no es falsa modestia, es la dura realidad: soy perfectamente consciente de que escribo sobre un tema tremendamente minoritario, que interesa sólo a cuatro gatos (bastante fieles, eso sí; muchas gracias). Pero lo presento al concurso precisamente por eso: porque simplemente que aparezca en la lista de candidatos a los premios es como ponerlo en un escaparate, que puede darlo a conocer a algún otro loco del espacio que aún no se haya enterado de que existimos. Simplemente. Eso sí, cualquier voto es bienvenido, siempre le dará un poquito más de visibilidad subir ligeramente en el escalafón…

Y acabamos: creo que eso es, más o menos, todo lo que no he podido comentar en la última semana. Una semana que para mí ha sido bastante intensa, la verdad: andaba por Roma, en un congreso espacial, rodeado de gente de la NASA, ESA, Roskosmos, JAXA (Japón), CSA (Canadá), CNSA (China) y representantes de la industria internacional. Y allí estaba yo, españolito de a pie, en representación de mi empresa, recién llegados como quien dice a esto del espacio. Ha sido una semana larga, pero muy interesante; y estar en Roma siempre es una gozada, lástima que apenas haya habido tiempo para disfrutarla. Pero bueno, ya estoy de vuelta, sumergido en la vorágine, y espero seguir sacando ratillos para mantener el blog en su estado de actualización habitual. ¡Saludos!

13 octubre 2008

China en el espacio (de nuevo)

Hace tres semanas, China llevó a cabo su tercera misión espacial tripulada (disculpad el retraso en hablar sobre ello, pero es que he tenido una temporada complicada), pero se diría que ha sido la primera. Me refiero a la gran expectación mediática que ha levantado, no comparable a ninguna otra misión rusa, norteamericana o europea de los últimos tiempos. Una expectación que en el fondo no tenía justificación, salvo por el hecho de ser China el país que la llevaba a cabo. Lo cual en el fondo tampoco era tan relevante, al ser ésta era su tercera misión de este tipo, con lo que la demostración de su capacidad ya se había realizado años atrás. Pero parece que el amplio lapso temporal transcurrido entre una y otra misión tripulada de este gigante oriental al final juega a su favor en términos publicitarios: de cara a la opinión pública, cada misión parece así ser la primera.

La verdad es que el asunto da qué pensar. Porque a nadie se le escapa que uno de los motivos de la actividad espacial tripulada es el prestigio nacional, los réditos políticos que proporciona tanto a nivel doméstico como internacional. Así que uno se pregunta si, extrañamente, no resultará más rentable desde este punto de vista espaciar las misiones que llevar a cabo un programa espacial tripulado de alto nivel, como el ruso o el norteamericano, por ejemplo. Porque no podemos negar que probablemente los chinos han conseguido más minutos de radio y televisión con sus tres únicas misiones, que las otras potencias con su presencia continua en el espacio durante este periodo. Curioso.

Y es que lo cierto es que esta misión china no merecía, desde un punto de vista objetivo, la publicidad que ha recibido. Sí, era la primera vez que tres taikonautas (el palabro ese que se han inventado para los astronautas chinos; maldita manía ésta de llamar a la misma profesión de mil formas diferentes en función de la nacionalidad) subían al espacio en una misma nave. También era la primera vez que uno de ellos iba a realizar una salida al exterior (lo que los medios suelen llamar “paseo espacial”, aunque tenga poco de paseo). Pero, siendo sinceros, ninguno de estos hechos era un avance realmente revolucionario, en ningún sentido.

Para China era un paso necesario. En cada misión, avanzan un poquito más, ganan un poco más de experiencia de cara a misiones de mayor complejidad. Así, su primera misión (octubre de 2003) fue la prueba de fuego, destinada a probar su capacidad para poner hombres en el espacio, y se llevó a cabo con un solo ocupante en el interior de la nave como elemental medida de precaución. Esta misión sí fue un hito, y sí mereció la publicidad que recibió, al representar la entrada de China en el selecto club de los países con capacidad para poner hombres en el espacio, y al demostrar la capacidad tecnológica de aquel país, que había desarrollado toda la infraestructura con medios propios (bueno, y algo de ayuda rusa, que no quita mérito a lo conseguido). Pero desde entonces, las demás misiones no han supuesto apenas avances reales significativos, siendo, como decía, simples pasitos necesarios para ganar experiencia. En la segunda misión, dos taikonautas subieron al espacio; en esta tercera, su número subió a tres (el máximo para el que está diseñada la nave Shenzhou) y uno de ellos salió al exterior. Teniendo en cuenta que hoy en día no hay ningún misterio acerca de las EVAs o actividades extravehiculares, no parece que ésta fuera una misión digna de la atención que ha recibido.

Efectivamente, hace 40 años salir de la nave era una aventura. Nadie sabía muy bien cómo iba a reaccionar el astronauta, qué sensaciones iba a recibir, cómo se iba a comportar el traje, cómo podría desplazarse o llevar a cabo ciertas tareas… Y de hecho, las primeras EVAs por parte tanto rusa como norteamericana fueron pequeñas aventuras no exentas de tensión y problemas. Pero hoy no hay nada desconocido al respecto: hoy se sabe todo sobre las EVAs, sabemos cómo entrenar a los astronautas para llevarlas a cabo con éxito, y cómo diseñar los trajes más adecuados para realizarlas. Ello no quita para que sigan siendo actividades que entrañan un cierto riesgo, pero no por ello dejan de ser actividades más o menos rutinarias dentro de la actividad espacial.

Para China, la EVA suponía un entrenamiento que debía ensayarse en una misión real, una actividad que debía llevarse a cabo para adquirir experiencia de primera mano en su ejecución. Pero, más allá de la experiencia operativa (la adquirida por el taikonauta y por los equipos de seguimiento desde tierra), la actividad no tenía nada de demostración tecnológica, nada que la hiciera de forma objetiva destacable frente a anteriores misiones chinas. Bien, quizás estoy siendo algo injusto: sí hubo una demostración tecnológica, y fue la prueba del primer traje espacial chino para EVAs, desarrollado con tecnología nacional aunque basado en el diseño del traje Orlan ruso. Pero esto, sin querer quitarle importancia, no parece que sea algo revolucionario. Y teniendo en cuenta que hoy día contamos en la Tierra con cámaras de vacío capaces de simular en buena medida el medio espacial, tampoco puede decirse que fuera la prueba de fuego para el diseño del traje chino: hubiera sido una verdadera sorpresa que el traje se comportase de forma imprevista, después de todos los ensayos a los que sin duda fue sometido en tierra.

Puede parecer que estoy intentando quitar importancia a esta tercera misión tripulada china, y no es eso exactamente. Simplemente, intento poner los pies en el suelo frente a la exagerada publicidad que se le ha dado en todos los medios. Porque si China ya demostró hace 5 años lo que es capaz de hacer en el espacio, ¿a qué venía ahora esta sorpresa ante una misión no demasiado diferente a las anteriores, y de complejidad muy inferior a las que cotidianamente llevan a cabo las otras potencias sin recibir la más mínima atención pública? Como decía al principio, resulta curioso que el hecho de llevar a cabo 3 misiones en 5 años resulte más rentable publicitariamente que realizar varias misiones al año…

El problema es, sin duda, la mala memoria de los periodistas y el público en general cuando se tratan temas de este tipo. De una vez para otra, parece que todo el mundo se olvida de que China podía hacer estas cosas, y así, cada misión resulta una sorpresa para la opinión pública. Más triste es que, de una vez para otra, los periodistas sigan repitiendo las mismas “leyendas urbanas” sin base alguna y que ya han sido ampliamente desmentidas.

Me refiero, por ejemplo, a la tan repetida historia de que los chinos pretenden enviar un hombre a la Luna hacia 2020. Es algo que volvemos a oír una y otra vez siempre que, por la razón que sea (y la misión de la Shenzhou-7 era una buena ocasión) se habla del programa espacial chino.

Y es que, como ya dije hace unos años, esto no sólo es poco menos que increíble a poco se conozca algo sobre la realidad espacial china, sino que, además, nunca se ha anunciado algo así por parte de los responsables de su programa espacial.

Lo que sí se ha anunciado, y es lo que probablemente ha llevado a la confusión a multitud de periodistas (que luego se copian unos a otros en lugar de buscar las fuentes) es una misión ROBÓTICA a la Luna, de recogida de muestras, hacia 2017 aproximadamente. Otras misiones lunares, también robotizadas, se prevé que precedan a esta espectacular misión que deberá traer a la Tierra muestras de nuestro satélite. Pero nadie ha dicho nunca que ninguna de estas misiones vaya a ser tripulada, todo lo contrario.

¿Quiere esto decir que China no se plantea misiones tripuladas lunares? Es difícil decirlo, pues el programa espacial chino sigue estando rodeado de un cierto halo de misterio, ni mucho menos como el que en su día rodeara a su equivalente soviético, pero bastante superior a la transparencia que es habitual hoy en día en estas materias. Pero lo que sí podemos decir es que, si acaso se plantease algo así, debería ser necesariamente a bastante largo plazo.

La evidencia la tenemos delante de nuestros ojos, para aquellos que quieran verlo: a un ritmo de 3 misiones en 5 años, difícilmente se desarrollarán los vehículos y procedimientos necesarios para un alunizaje tripulado en un plazo razonable. De hecho, los anuncios oficiales más recientes para la próxima década en cuanto a vuelos tripulados parecen centrarse en el desarrollo de pequeñas estaciones espaciales de tipo Salyut, pero nada de misiones tripuladas lunares.

Bien es cierto que, si una misión tripulada de alunizaje queda aún muy lejana para la realidad espacial china, llevar a cabo una misión circunlunar no sería tan complicado. Al fin y al cabo, equipando la Shenzhou con un módulo de propulsión adecuado, que debería ser enviado al espacio en un lanzamiento aparte con posterior acoplamiento en órbita, podrían llevarse a cabo misiones como la del Apollo 8, o como las que pretendían llevar a cabo en su día los rusos con su programa L1 (y en la actualidad de nuevo en estudio para misiones comerciales de turismo espacial).

Para ello sería de mucha utilidad el CZ-5, el nuevo lanzador pesado chino actualmente en desarrollo, con fecha prevista de entrada en servicio (si no hay retrasos) en 2013. Pero aún habría que desarrollar el módulo propulsivo, del cual no se tiene ninguna evidencia de que esté siquiera en consideración a día de hoy. Siendo optimistas y haciendo hipótesis en ese sentido, podríamos esperar una misión circunlunar china antes de 2020, pero la realidad es que en la actualidad no hay nada que respalde la hipótesis de que éste sea uno de los objetivos chinos. En cualquier caso, una misión de alunizaje queda fuera de cualquier consideración: con el CZ-5 se necesitarían 3 lanzamientos (uno para la Shenzhou básica, otro para el módulo propulsivo, y otro para el módulo de alunizaje), lo cual lo haría prácticamente inviable: cualquier problema con uno de los lanzamientos, o con cualquiera de los acoplamientos, podría hacer fracasar la misión; con tres lanzamientos, el riesgo es excesivo. Además, que sepamos no existe ningún módulo de alunizaje ni propulsivo en desarrollo a día de hoy. Pensar en esto no son más que especulaciones sin mayor motivo.

Lo que podemos decir con lo que conocemos a día de hoy, es que el programa espacial chino seguirá desarrollándose en los próximos años en términos similares a los actuales: con avances paso a paso, en misiones ampliamente espaciadas (por motivos económicos, simplemente), encaminadas a ir adquiriendo experiencia en actividades orbitales, y con la intención declarada de crear pequeños laboratorios espaciales, pequeñas estaciones similares a las que desarrollaron rusos y americanos en la década de los 70. Un programa espacial sin duda digno de admiración, pero del que a veces sorprende la expectación levantada en medios occidentales. Será que a día de hoy aún nos cuesta creer que los chinos hayan alcanzado este nivel tecnológico. Tendremos que ir “cambiando el chip”… (Imagen: EG365, vía China.org)

(Artículo preparado para Infoastro)

11 octubre 2008

La crisis llega a la ESA

Esta es una de esas noticias que raramente veréis publicadas. Más que nada, porque no es algo a lo que apetezca dar publicidad desde el lado institucional, y porque en nuestro entorno prácticamente no existen periodistas especializados en temas espaciales que indaguen en lo que no se cuenta.

Pues bien, lo cierto es que esta semana (hace apenas tres días) la ESA cambió drásticamente sus objetivos de cara a la próxima reunión ministerial de países miembros de noviembre (una de esas reuniones donde se discuten los presupuestos y prioridades de la agencia). Este cambio drástico consistió en un recorte de casi un 40% en el presupuesto previsto para los próximos años. Es una consecuencia directa de la crisis económica que parece agravarse por momentos, y supondrá un duro jarro de agua fría para todos los que veíamos con optimismo el futuro de Europa en el espacio.

En la práctica, el recorte supone que prácticamente podemos olvidarnos de ver nuevas iniciativas europeas en el espacio durante los próximos años, limitándose el presupuesto prácticamente al mantenimiento de lo que ya está lanzado o próximo a lanzarse. Nos olvidamos de futuras evoluciones del lanzador Vega, nos olvidamos de evoluciones del ATV (adios a la posible colaboración con Rusia en torno a un vehículo tripulado), prácticamente nos olvidamos de ExoMars y Aurora (o al menos seguirán muy al ralentí), y así un buen número de los que eran los más excitantes programas de la ESA para el futuro próximo.

En el terreno más político, parece que Italia es el país que más directamene repercute en el espacio los efectos de la crisis, retirándose de un buen número de programas. Se rumorea que el que ahora es el tercer país de la ESA por nivel de aportaciones (tras Francia y Alemania) podría pasar a ser el cuarto tras esta bajada, siendo sustituido por el Reino Unido en el tercer puesto, si se confirman las aparentes intenciones británicas de aumentar su inversión en el terreno espacial. En cuanto a España, habiendo alcanzado finalmente el nivel de aportaciones que nos corresponde en base a nuestro PIB, tras sucesivas subidas en los últimos años, parece que para 2009 simplemente se mantendrá ese mismo nivel (al menos esta es la propuesta incluida en los presupuestos generales del estado, pendientes de aprobación por el Parlamento); aunque inicialmente se esperaba que para 2009 aún subiera ligeramente nuestro nivel de inversión en espacio, parece que la situación económica ha aconsejado congelar esta partida presupuestaria, que al menos ha conseguido mantenerse en el nivel más alto de la historia de nuestro país.

En fin, ésta es la situación. Nada halagüeña, la verdad, teniendo en cuenta que hace apenas unos meses todo parecía apuntar hacia un futuro brillante de la aportación europea a la exploración del espacio. Son malos tiempos para la lírica…

25 septiembre 2008

¿Mentiras espaciales? No eran exclusivas de los soviéticos

Uno ya tiene una edad en la que empieza a no sorprenderse de casi nada. Con el tiempo te vas dando cuenta de que nada es blanco ni negro, que nada es totalmente bueno o totalmente malo, y que no todo es lo que parece. Sin embargo, no deja de ser triste encontrarse con hechos como el que voy a relataros aquí.

En el contexto de la historia espacial, siempre se ha puesto a la época soviética como un ejemplo de cómo no deben hacerse las cosas en materia de transparencia informativa. Efectivamente, durante décadas los rusos no sólo ocultaron buena parte de lo que ocurría en su programa espacial (y en muchas otras áreas, por supuesto), sino que a menudo mintieron descaradamente e incluso llegaron a falsificar documentación, como los famosos retoques de fotografías para eliminar a personajes que con el paso del tiempo se habían convertido en personas “non gratas” (lo que daría pie a numerosas leyendas sobre cosmonautas muertos en misiones secretas, demostrando que a menudo lo que se consigue con el secretismo es mucho peor que lo que se pretendía evitar).

Frente a esto, la NASA y los Estados Unidos aparecían como un ejemplo de honestidad y transparencia. Por supuesto, la parte militar siempre ha estado “clasificada” y nunca se ha dado información sobre ello (bueno, ahora, cinco décadas después, empiezan a desclasificarse documentos sobre algunas de las primeras misiones), pero esto parecía lógico, y de todas formas no es lo mismo ocultar algo que mentir sobre ello.

Pues bien, no es así. La NASA también miente cuando le interesa. Y por razones no muy diferentes a las que originaban muchas de las mentiras soviéticas. ¿Recordáis todas esas misiones rusas que se declaraban como “un éxito”, que transcurrían “sin novedad”, y que con el paso de los años se demostró que habían estado repletas de fallos en ocasiones de suma gravedad? Parecía que eso nunca ocurriría con la NASA, ¿verdad? Inocentes…

No me refiero a ocultar algún dato o a intentar suavizar algún problema. Uno puede entender que ciertos incidentes menores ocurridos durante las misiones no se cuenten a la opinión pública; al fin y al cabo, a nadie le agrada exponer los trapos sucios. También se puede entender que se intenten minimizar los problemas de cara al exterior con una sonrisa mientras por dentro se sufren sudores para solucionarlos. Esto se entiende. Pero hablamos de algo mucho más grave, desde mi punto de vista.

No es la primera vez que la NASA miente. Seguro que lo ha hecho muchas veces, pero en el contexto que comentaba arriba, muchas “mentirijillas” pueden considerarse “pasables”. Mintieron, por ejemplo, cuando en 1997 quisieron quitar importancia al grave incendio que tuvo lugar en el interior de la Mir comunicando que su duración había sido de 90 segundos. Cuando el astronauta norteamericano que lo sufrió a bordo volvió a la Tierra y se sintió indignado ante esta mentira, explicando a la prensa que el fuego se mantuvo sin posibilidad de ser extinguido durante 15 minutos, la NASA se justificó diciendo que seguramente alguien había añadido por error un punto entre el 1 y el 5, convirtiendo los 15 minutos en 1,5, es decir, 90 segundos. En fin, se les vio el plumero, pero al menos nunca ocultaron que el fuego había existido.

Pero lo que voy a contaros ahora me parece bastante serio, y para mi supone un importante descrédito para la política informativa de la agencia norteamericana. Se trata del intento de ocultar el grave problema ocurrido durante el aterrizaje de la misión STS-37 del transbordador espacial, el 11 de abril de 1991, habiéndose llegado a tergiversar documentos oficiales para encubrirlo.

Me refiero al informe de la misión, el “Mission Report” que se edita para cada una de las misiones del transbordador espacial. Este informe recoge los principales eventos de la misión, incluidos pequeños problemas, con una extensión que en este caso concreto es de 33 páginas. Se trata de un documento que la NASA ofrece como de acceso público, en lo que parece una fantástica muestra de transparencia informativa, al tratarse de un documento puramente técnico. El problema es que esta transparencia se convierte en una estafa cuando se demuestra que el documento miente flagrantemente.

No creo estarme pasando al decir esto, teniendo en cuenta que en la página 3 del documento (página 8 del pdf disponible a través del servidor de documentos técnicos de la NASA) dice, refiriéndose al aterrizaje, que éste “fue normal en todos los aspectos”. No sabía que ahora se consideraba normal aterrizar fuera de pista porque al piloto le había resultado imposible llegar a alcanzarla.

El informe no habla en ningún otro lugar de los problemas sufridos durante la fase de aproximación y aterrizaje. A esta fase, que generó momentos de gran tensión tanto en tierra como a bordo del Atlantis, el informe le dedica un único párrafo de 5 líneas en la página 3, con las horas de toma de contacto con tierra y el comentario de que “fue normal en todos los aspectos”. Señores, esto para mi es una flagrante mentira, y que luego me ofrezcan este documento técnico magnánimamente como prueba de transparencia, me parece una tomadura de pelo. ¿Qué credibilidad le doy a toda esta información suministrada “abiertamente” por la NASA a partir de ahora?

No me extenderé mucho sobre los problemas de la misión STS-37 durante su aproximación y aterrizaje a la Base Aérea de Edwards, porque requerirían un artículo específico (está hecho, y saldrá en el número de octubre de Espacio), pero os diré brevemente que, debido a una combinación de fuertes vientos en la zona de aterrizaje, mala comunicación entre el control de la misión y la tripulación, y algún pequeño fallo humano adicional del piloto, la tripulación del Atlantis se encontró en la fase final de la aproximación con su aparato cayendo a tierra sin posibilidad alguna de alcanzar la pista de aterrizaje. La toma de contacto con el suelo se produjo 1600 pies antes de la cabecera de pista (casi 500 metros), y no terminó en catástrofe gracias a que se producía sobre la perfectamente llana extensión de un lago seco. De haberse producido este mismo problema en la pista pavimentada del Centro Espacial Kennedy, en Florida, es muy posible que la misión hubiera terminado en desastre. Todo esto lo sabemos gracias a que lo ha revelado el que fuera entrenador de vuelo de los astronautas para la fase de aterrizaje en aquella época, Daniel Deger. También la revista Aviation Week mencionó muy brevemente el problema tras la finalización de la misión, a través de unas breves declaraciones del comandante a su corresponsal, pero sin dar ningún tipo de detalle. Por parte de la NASA, no parece que nunca haya habido información oficial del incidente. No puedo asegurarlo al 100%, ya que en 1991 Internet no era lo que es hoy día, y para comprobar exhaustivamente la prensa de aquella fecha tendría que meterme en alguna hemeroteca norteamericana (cosa que, lógicamente, no me resulta muy práctico); pero el hecho de que no aparezca reflejado en ninguna publicación posterior, en ninguna recopilación de accidentes o incidentes, y que sea tan desconocido para la mayoría de los aficionados, me hace pensar que, efectivamente, la NASA nunca informó de ello. Desde luego, lo que sí puedo asegurar es que, a día de hoy, no he podido encontrar ningún documento público de la NASA sobre aquella misión (y hay bastantes) que refleje el incidente.

Para los lectores más “frikis”, os comentaré que hay algunas pequeñas discrepancias entre lo publicado en su día por Aviation Week y las declaraciones más recientes de Daniel Deger al respecto de la misión STS-37. Son datos que no he podido incluir en el artículo de Espacio por razones de extensión, pero que comentaré aquí para los interesados: según Aviation Week, la toma de contacto con el suelo se realizó a 600 pies de la cabecera de pista, mientras que según Deger fue a 1600 pies; puesto en contacto con Deger para comentarlo, él me confirma que 1600 pies es la cifra correcta, y por su vehemencia me inclino a pensar que lo de Aviation Week pudo ser una errata. Otra discrepancia está en la velocidad de toma de tierra, que para la revista fue de 167 nudos y para Deger de 157 (siempre muy por debajo del mínimo establecido, en cualquier caso); personalmente, no sabría por quién decantarme en este dato.

Ha habido algún otro caso similar, aunque ha podido corregirse sin llegar a estos extremos. Sabemos de al menos otra misión (STS-31) que sufrió serios problemas para alcanzar la pista, y que sólo lo consiguió después de que el piloto “estirase” al máximo la senda de planeo a costa de disminuir su velocidad por debajo de los límites marcados por los procedimientos. Tampoco esto había sido revelado oficialmente por la NASA, pero uno puede entender que un caso así no salga a la luz, y hasta que se pueda considerar como un aterrizaje más o menos “normal” (el piloto no diría lo mismo, pero bueno, al menos se consiguió salvar la situación y se aterrizó en la pista sin mayor problema). Pero un aterrizaje 500 metros antes de la cabecera de pista, como el del Atlantis en la misión STS-37, no es normal por mucho que intenten convencerme de ello. ¿Que afortunadamente el suelo era como un espejo y no pasó nada? Pues sí, menos mal. Pero no creo que eso le convenza a nadie de que el aterrizaje ha sido normal; vamos, ni borracho…

Como decía al comienzo de esta entrada, es muy triste encontrarse con algo así. No ya por el hecho de haberlo intentado ocultar, que puede ser disculpable, sino por presentar los hechos de forma tergiversada en un documento oficial. Lo más triste para mí es que ya nunca me sentiré seguro confiando en un documento oficial de la NASA. Porque estoy convencido de que casos como éste son la excepción… ¿pero cómo saber si el documento que te interesa, el que estás utilizando tras una larga búsqueda para documentarte sobre algún oscuro asunto de la historia de la exploración espacial, es una de estas excepciones?

En los inicios de la exploración espacial, se ponía la transparencia de la NASA, sacando a la luz los problemas de sus misiones, como un ejemplo de buen hacer frente al secretismo soviético. Ello le dio a la NASA una gran credibilidad, y lo que inicialmente podía parecer una debilidad, al ser el mundo entero testigo de sus fracasos, se convirtió en realidad en una gran fortaleza que le proporcionó un gran prestigio. La NASA se dio cuenta de esto, y convirtió la transparencia informativa en su bandera.

Ahora, parece que esta organización ha caído en el mismo grave error que su antiguo rival, intentando ocultar los problemas de cara al exterior para dar una imagen de buen hacer y armonía, aunque sea a costa de falsear el contenido de un documento técnico. Esa transparencia informativa que iniciaron en su día se les ha vuelto en contra cuando han querido empezar a ocultar información; no podían dejar sin publicar un “Mission Report”, porque lo habían hecho siempre, era una de sus muestras de transparencia, y no hacer público uno demostraría que había algo que ocultar. Así que se mantuvo la política de apertura, pero falseando el contenido. Esto es una traición a toda la tradición de la organización, y a toda la opinión pública. Con actuaciones como ésta, toda la credibilidad que ganaron en su día la han perdido.

Pero no es sólo eso. No sólo es que con estas actuaciones la NASA pierda la credibilidad y la honestidad que tradicionalmente se le han atribuido, lo cual ya es suficientemente grave por sí solo. Es que, además, creo que pretender ocultar los problemas es un gran error. Y ellos deberían saberlo más que nadie. Como decía antes, la NASA se engrandeció en los comienzos del programa espacial precisamente cuando la gente pudo ver los problemas, las enormes dificultades que encerraba el vuelo espacial, con sus riesgos y sus fracasos, y cómo se fueron solucionando. Si se quiere de verdad apasionar a la gente con la astronáutica, se conseguirá mucho mejor presentando ésta como lo que es, una actividad tremendamente compleja y repleta de riesgos que se van sorteando con esfuerzo, y no como un camino de rosas que se recorre de forma rutinaria y sin incidentes, que es lo que parece que se quiere hacer ver desde la década de los 80-90. Para mí, esto es un error. Y si además se lleva al extremo comentado aquí de caer en la deshonestidad, rozando la falsedad documental, se convierte en un grave error que podría echar por tierra todo el prestigio y la credibilidad conseguidos a lo largo de los 50 años de vida de la organización. Sin embargo, por suerte pare ellos (triste suerte), el interés por la actividad espacial es tan escaso hoy en día que al final estas revelaciones terminan pasando totalmente desapercibidas. (Imagen: Disney)

24 septiembre 2008

Obama “salva” a la NASA

Resulta curioso que sea el candidato demócrata a la presidencia el primero en dar respuesta a las demandas de un Administrador de la NASA nombrado por un presidente republicano…

Pero así es: parece que la maniobra de filtrar a la prensa un correo electrónico del Administrador Griffin lamentándose de la terrible situación a la que se enfrenta la NASA de cara al mantenimiento de su presencia en la estación espacial, ha surtido efecto, y el candidato Barack Obama ha enviado una carta a los líderes demócratas del Congreso y el Senado norteamericanos pidiéndoles que apoyen la aprobación que permita seguir comprando a Rusia sus servicios de acceso a la ISS a bordo de las naves Soyuz.

La carta de Obama es más extensa y más política, aprovechando para criticar la terrible situación en la que, según sus palabras, la política de Bush ha dejado al programa espacial norteamericano, y planteando tres acciones inmediatas, aunque sólo una de ellas dirigida a solucionar realmente el problema.

La principal acción es la que he presentado anteriormente, comprar asientos en las Soyuz. Las otras dos: pedir a la NASA que suspenda las acciones encaminadas a retirar el Shuttle en 2010 (simplemente para ganar tiempo y dejar la puerta abierta a posibles cambios en este sentido), y aumentar el presupuesto de la NASA para 2009 de modo que se pueda llevar a cabo una misión adicional del transbordador además de las consideradas a día de hoy (misión de la cual ya hemos hablado en otras ocasiones aquí, la del Espectrómetro Alfa-Magnético).

En cualquier caso, lo importante es lo que señalaba al comienzo: Obama, como máximo representante del partido demócrata, pide a sus colegas que aprueben el mantenimiento del acuerdo con Rusia en torno a las Soyuz. La carta tiene fecha del 22 de septiembre, y es la clara consecuencia de la filtración de las lamentaciones de Griffin a la prensa (de hecho, Obama reproduce incluso una frase del mail de Griffin en su carta). Fuera quien fuese el que realizó la filtración, parece que su treta ha funcionado: si los congresistas demócratas siguen las recomendaciones de su líder, puede que la principal preocupación de la NASA esté camino de solucionarse. De cumplirse, sería la prueba de que a veces la publicación de unas declaraciones “políticamente incorrectas” vale mucho más que decenas de informes oficiales y de acciones de presión por caminos más ortodoxos, consiguiendo dar la vuelta en pocos días a una situación que parecía claramente perdida.

En el lado republicano, entre tanto, las opiniones parecen algo más divididas. El candidato McCain no se ha pronunciado claramente al respecto, y entre sus filas hay partidarios tanto a favor como en contra de mantener el acuerdo con Rusia, aunque en las últimas horas parece que el pragmatismo va ganando adeptos frente a la intransigencia. Veremos en qué queda todo.

ACTUALIZACIÓN: Los acontecimientos se están precipitando, y por el buen camino para la NASA. Poco después de escribir lo anterior, durante la noche del 24 al 25 en España, el Congreso norteamericano ha aprobado la extensión del permiso para comprar asientos en las Soyuz hasta 2016, una fecha en la que ya el nuevo vehículo norteamericano Orión debería ser capaz de tomar el relevo. Sólo se necesita ahora la ratificación por parte del Senado, pero prácticamente ya se da por segura. En el seno del programa espacial tripulado norteamericano ya pueden empezar a respirar de nuevo: parece que sus astronautas podrán seguir utilizando la estación espacial en los años venideros, lo cual no habría sido posible de no haberse aprobado esta medida, como ya explicamos aquí.

Probablemente es muy exagerado el título que le he puesto a esta entrada: en realidad, lo que ha “salvado” a la NASA han sido sus esfuerzos por concienciar a su clase política, y, sobre todo, la filtración interesada a la prensa del e-mail interno de Griffin. Pero lo cierto es que Obama se ha apuntado un tanto al ser el primero en salir en activa defensa del administrador de la agencia espacial. Curioso mundo éste de la política… (Foto: NASA)

18 septiembre 2008

Descubierta una especie animal capaz de sobrevivir en el espacio

Ya se sabía que ciertos organismos unicelulares, como bacterias, eran capaces de sobrevivir a los rigores del espacio en un estado de latencia. No sólo se había probado en experimentos realizados en la órbita terrestre, sino que incluso los astronautas de la misión Apollo 12 habían encontrado en 1969 bacterias que habían sido capaces de sobrevivir sobre la Luna durante dos largos años, depositadas en el exterior de la sonda Surveyor 3 (aunque estos resultados no están 100% corroborados).

Pues bien, ahora el descubrimiento va más allá: un equipo de la Universidad Kristianstad de Suecia ha publicado que los “osos de agua” o tardígrados son capaces de sobrevivir a una permanencia de al menos 12 días en el espacio expuestos al vacío y las radiaciones cósmicas, como se ha demostrado en un experimento realizado en colaboración con la Agencia Espacial Europea a bordo de un satélite ruso Fotón.

La conclusión del estudio es que los animales (unos pequeños bichitos casi microscópicos, cuyo tamaño va de los 0,1 a los 1,2 mm y habitan en zonas húmedas) son capaces de sobrevivir al vacío y la deshidratación propias del espacio. También muchos de ellos, si bien no todos, han sido capaces de sobrevivir a los daños provocados por la radiación cósmica; se cree que lo han conseguido mediante algún mecanismo capaz de reparar los daños producidos en su ADN por dicha radiación.

El descubrimiento no sólo es importante por sí mismo y por lo que puede representar de cara a teorías como la panspermia (posibilidad de diseminación de la vida a través del espacio, a bordo de meteoritos, por ejemplo), sino también por la importancia que podría llegar a tener en la medicina, por la posibilidad de reparar daños genéticos. En el campo del tratamiento del cáncer, por ejemplo, uno de los problemas de la radioterapia es que su radiación no sólo mata células cancerosas, sino también células sanas. Conocer el posible mecanismo de reparación de los daños por radiación en los tardígrados podría ser de utilidad para los seres humanos en el futuro.

Es sólo un ejemplo más de cómo invertir en investigación en el espacio puede ayudarnos en nuestra vida en la Tierra.

Primera imagen de un posible exoplaneta

Parece increíble que hace sólo poco más de 10 años la existencia de planetas alrededor de otras estrellas no fuera más que una hipótesis más o menos lógica y probable. Fue en 1995 cuando se descubrió el primero, aumentando después la cantidad poco a poco, casi con cuentagotas, hasta empezar a dispararse rápidamente el número de descubrimientos en los últimos años (son unos 309 planetas extrasolares los que se han descubierto hasta el momento). Pero hasta ahora, casi siempre se había tratado de descubrimientos por medios indirectos: pequeñas variaciones en el brillo de una estrella debido al tránsito de un gran planeta por delante de ella, pequeñísimas oscilaciones de la estrella debidas a las alteraciones producidas por la gravedad del planeta… De estas formas, podía deducirse la presencia de un segundo cuerpo oscuro del que podía llegar a determinarse con bastante aproximación su masa y su órbita. Hubo que esperar hasta 2004 para poder contemplar de forma directa lo que parecía ser un planeta extrasolar. Y fue un equipo europeo el que lo consiguió, utilizando las instalaciones del European Southern Observatory (ESO) en Chile.

Desde entonces, sólo otros tres candidatos a planetas han sido observados de forma directa. Pero con el paso del tiempo, se demostró que ninguno de ellos lo era en sentido estricto: o bien se trataba de cuerpos de tipo planetario que no orbitaban ninguna estrella (es decir, que vagaban libremente por el espacio), o bien eran realmente estrellas enanas marrones, que no llegan a emitir luz pero tampoco se consideran planetas.

Pero el pasado lunes día 15 se publicó la primera fotografía del que sí parece que puede convertirse en el primer planeta extrasolar detectado visualmente. Y además, tiene una importante particularidad: es el primero de los cuerpos planetoidales observados por medios directos que orbita una estrella de tamaño medio similar al Sol.

Aunque aún no se dispone de confirmación al cien por cien (habrá que esperar unos dos años para confirmar que orbita su estrella), las probabilidades de que éste sea un exoplaneta real son grandes. La observación la han realizado investigadores de la Universidad de Toronto utilizando el telescopio Gemini Norte de la isla de Mauna Kea, en Hawai. Se trata de un planeta de una masa estimada en unas 8 veces superior a la de Júpiter, que orbita una estrella con aproximadamente un 85% de la masa del Sol, a una distancia de unas 330 U.A. (distancia Tierra-Sol). Su estrella (que tiene el sencillo nombre de 1RXS J160929.1-210524) está a unos 500 años luz de la Tierra.

No se trata, por tanto, ni de un planeta rocoso de tipo terrestre, ni está dentro de la supuesta banda de habitabilidad, sino que se trata de un gigante gaseoso situado casi 9 veces más lejos de su sol que Plutón del nuestro. Pero no deja de ser un gran descubrimiento, y, además, la fotografía es realmente impresionante. Si hemos conseguido tales avances en apenas 10 años, quién sabe qué sorpresas nos deparará la tecnología en este campo en el futuro… (Foto: Gemini Observatory)

16 septiembre 2008

Las tribulaciones de un administrador en horas bajas (…o cómo mantener la presencia norteamericana en el espacio sin morir en el intento)

El Administrador de la NASA Mike Griffin lo está pasando mal. No es que sienta especial lástima, ya que ése es su trabajo (no pasarlo mal, pero sí gestionar su organización, y ello incluye enfrentarse a los problemas), por el cual le pagan muy bien. Pero está claro que su cuesta abajo en la dirección de la agencia está poniéndose cada vez más empinada. Digo "cuesta abajo" porque ya sabemos que el de Administrador es un cargo político elegido por el presidente, y que con el cambio en la Casa Blanca suele venir un cambio en la dirección de la agencia espacial. Pero sobre todo es cuesta abajo porque, a pesar de los problemas sufridos en los últimos años (escasez de presupuestos, problemas en el desarrollo del Ares...), creo poder decir que nunca se había enfrentado a problemas tan serios como los actuales.

Griffin está jodido. Perdón por la expresión, pero lo está. Y lo ha reconocido casi con todas las letras en un correo electrónico interno enviado su sus más directos colaboradores, que se ha filtrado a la prensa (yo alucino... envías un correo sincerándote a los que consideras tus colaboradores más cercanos, y alguno de ellos va y se lo pasa a la prensa. Pá matarlo, al que haya sido...).

En su correo, Griffin se lamenta amargamente de la situación actual: hay una orden administrativa para retirar el Shuttle en 2010 (Griffin dice que lo que hay no es una decisión técnica o de gestión, sino toda una “jihad” para retirar el Shuttle en esa fecha y dejar languidecer la estación espacial); por otra parte su sustituto, el Ares-Orión, no estará listo hasta 2015 como muy pronto; y la única salida posible, que es enviar a los astronautas americanos entre 2010 y 2015 a la ISS a bordo de la nave rusa Soyuz, está severamente amenazada por la situación en Georgia. Como ya comentamos aquí, la situación actual no es la mejor para pedir al Congreso que apruebe la compra de más asientos en las Soyuz… Griffin se reconoce absolutamente pesimista al respecto, no tiene esperanzas de recibir dicha aprobación por parte del Congreso; una aprobación que, para colmo, debería conseguirse en el curso de las próximas tres semanas por razones de calendario. Y con un Congreso a punto de disolverse y con su atención centrada en los mazazos que la crisis económica está dando al país en los últimos tiempos, no parece que haya mucha receptividad para dedicar la atención a estas cosas del espacio, y menos si ello implica pagar dinero a los “indeseables” rusos. “Los rusos no van a salir de Georgia pronto, desde luego no antes de las elecciones. Y si no lo hacen, el INKSNA [la autorización para comprar asientos en las Soyuz] está muerto antes de nacer”.

Para Griffin, la situación es un callejón sin salida, y pase lo que pase, será malo. Como decía, está convencido de que la solución de alquilar a los rusos su Soyuz está descartada, y las alternativas son a cual peor. A partir de 2011, cuando venza el acuerdo actual con Rusia, los astronautas norteamericanos se quedarán sin acceso a su propia (en parte) estación espacial durante 4 ó 5 años. No sólo los Estados Unidos no tendrían presencia humana en el espacio en ese periodo, sino que serían 4 ó 5 años sin utilizar una infraestructura en la que han invertido 50 millardos de dólares. Ante esta perspectiva, para Griffin está claro que el próximo presidente tomará la decisión de extender la vida del Shuttle más allá de la fecha prevista de retiro en 2010. “Nos dirán que extendamos el Shuttle. No hay otra solución sostenible políticamente”. Según él argumenta, es la salida más sencilla desde un punto de vista político: no cuesta demasiado dinero ni esfuerzo, y permite “salvar la cara” ante la opinión pública. Está convencido de que ésta será la acción tomada por el próximo mandatario estadounidense, sea quien sea.

Pero esta salida es bastante inoperativa en la práctica. Por una parte, porque no permite una presencia realmente efectiva de astronautas norteamericanos a bordo de la estación (luego lo explico), y por otra, porque esto amenazaría seriamente el proyecto del alma de Griffin, la vuelta a la Luna. El Administrador se teme que la decisión de extender el Shuttle se tomará sin que probablemente implique cambios en los presupuestos de la NASA, lo que significa que para sufragar los costes que supone mantener el transbordador en activo, el programa Ares-Orión y su continuación lunar se alargarán de forma indeterminada. Y todos sabemos que si un programa de este tipo no aprovecha el ímpetu inicial y empieza a demorarse en el tiempo, corre grave peligro de terminar olvidado y cancelado.

Como decía, mantener en servicio el Shuttle realmente sirve de poco: si los astronautas norteamericanos quieren pasar largas temporadas en la ISS, como se ha hecho hasta ahora, necesitan de la Soyuz como vehículo de emergencia, aunque hayan subido a la estación a bordo de un transbordador. El Shuttle no puede permanecer amarrado al complejo mucho más de quince días, por lo que, pasado este periodo, los norteamericanos necesitarían contar con la Soyuz como sistema de seguridad, como vehículo de escape para emergencias. Ello les obligaría a reservar asientos en las naves rusas, lógicamente pagando por ellos, lo cual es justamente lo que está pendiente de la aprobación del Congreso que tan incierta se ve a día de hoy. Es decir, aunque no se “compren billetes” de subida en los Soyuz, hay que “comprarlos de bajada”, por si acaso, incluso aunque al final se termine bajando también en otro transbordador. La alternativa es realizar misiones de sólo 15 días de duración, y eso sería poco más que imagen: en ese tiempo, poco puede explotarse el potencial científico de la estación. De hecho, para eso no hace falta estación: ya a bordo del Shuttle se pueden realizar misiones de experimentación en microgravedad por esos cortos periodos de tiempo sin más que equipar la bodega con un módulo laboratorio, como se ha hecho en múltiples ocasiones. Sería bastante absurdo.

Así que Griffin se teme que los políticos le van a obligar (a él o a su sucesor) a mantener en activo el Shuttle para nada (al menos para nada efectivo), amenazando por el camino con cargarse su proyecto fetiche de exploración lunar. “Ellos no ven lo que esto significará para el liderazgo norteamericano en el espacio en el largo plazo. E incluso si lo vieran, tienen un problema en el corto plazo que deben resolver. Volar el Shuttle es la única forma de resolverlo”. Y admite que es una situación que ellos mismos se han buscado, al permitirse depender hasta extremo de los rusos, y al mismo tiempo al no haber puesto en su momento el suficiente dinero como para desarrollar el Ares-Orión en el menor tiempo posible; reconoce también, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, que ahora ya es demasiado tarde para acelerar su entrada en servicio, por mucho dinero que se pusiera.

Aunque no lo menciona en su mail, yo añadiría que la situación actual se la buscaron hace ya bastantes años, cuando los Estados Unidos decidieron unilateralmente recortar drásticamente su participación en la Estación Espacial Internacional, cancelando (entre otros) el desarrollo del vehículo de rescate de tripulaciones (CRV) que formaba parte de su aportación al proyecto. Si este vehículo no hubiese sido cancelado para ahorrar costes (cuando ya se había avanzado en su diseño, recordad el X-38, por ejemplo), hoy los norteamericanos no tendrían que alquilar asientos en las Soyuz para evacuaciones de emergencia. El CRV no hubiera servido para subir astronautas a la estación, pero en combinación con una extensión de vida del Shuttle como la que ahora empieza a plantearse, solucionaría el problema.

Pero no, en aquel momento se decidió cancelar el CRV para ahorrar costes, y a cambio se decidió pagar a Rusia para utilizar los servicios de sus naves Soyuz como vehículos de emergencia. Una decisión técnicamente mala: la Soyuz sólo cuenta con tres asientos, mientras que el CRV iba a tener siete; un CRV permitiría, por tanto, evacuar a toda la tripulación de la estación, mientras que con las Soyuz se necesitarían dos vehículos para evacuar a una tripulación reducida de sólo seis miembros. La decisión costó dinero (pago a Rusia por sus servicios, y aumento de costes operativos al precisarse dos vehículos en lugar de uno, con sus dos lanzamientos asociados) y restó operatividad (la tripulación de la ISS quedaba restringida a un máximo de 6 miembros). Y ahora puede costar aún mucho más.

Griffin hace también un comentario curioso, que no tiene mucho que ver con el resto, pero que parece reflejar lo ciegos que deben estar algunos norteamericanos con respecto a su papel en la Estación Espacial Internacional. Griffin, sensatamente, intenta quitar la venda a estos ilusos: “No creo que los rusos admitan nunca (ni siquiera creo que ellos se lo crean) que nos necesitan para operar la ISS. Sí, podríamos tomar acciones para secuestrar la ISS, o para impedirles usarla; el tema de la gestión energética, por ejemplo [la mayor parte del suministro eléctrico a la estación proviene del segmento norteamericano]. Pero no tomaremos esas acciones. Hablando en términos prácticos, los rusos pueden sostener la ISS sin tripulación americana siempre y cuando no les saboteemos activamente, lo cual no creo que vayamos a hacer nunca, excepto en caso de guerra. Así que no voy a defender el argumento de que la “dependencia” funciona en ambos sentidos. Nosotros los necesitamos. Ellos a nosotros no.”

Su mail termina expresando claramente su estado de ánimo: “estoy abierto a otros puntos de vista, en parte porque el mío es todo lo pesimista que puede ser”. ¿No os lo decía al principio? Sí, Griffin está jodido. Y el que ha filtrado el mail es un cabrón con pintas… (perdón, no me he podido resistir). (Foto: Eliot J. Schechter/Getty Images)